En muchas ocasiones, nuestros clientes nos han preguntado si el divorcio exprés es seguro, en referencia e a esas ofertas que se observan por internet y que ofrecen la tramitación del divorcio a precios realmente bajos (por ejemplo, la socorrida oferta de 99 € por cónyuge).

Y la respuesta es muy sencilla: si tu caso es sencillo el divorcio también lo será, y ello justifica unos honorarios más reducidos que los habituales , puesto que la tramitación del divorcio se convierte en un trámite de marcado carácter administrativo, que no precisará de demasiados conocimientos jurídicos sobre la materia. Por ello, la pregunta que automáticamente se realizan los clientes es la siguiente: ¿cómo sé si mi caso es sencillo? Pues básicamente cuando se encuentra en alguno de los tres grupos siguientes:

• Cuando no existen hijos menores ni bienes en común.
• Cuando existen hijos menores pero todos los términos del divorcio han sido previamente acordados entre los cónyuges, lo que hace innecesaria cualquier labor de mediación por parte del abogado, que sólo tiene que trasladar dichos pactos a un convenio regulador, limitándose a comprobar si tales términos respetan la legalidad y no son gravemente perjudiciales para uno de los cónyuges o para los hijos menores.
• Cuando no existe reparto de bienes en el divorcio, lo que se debe a que las liquidaciones de gananciales complican la redacción del convenio regulador, así como los conocimientos que el abogado ha de poner en práctica para su redacción. Es por ello que este tipo de divorcios suele tener un precio bastante más elevado respecto a los divorcios en los que no se liquidan los bienes gananciales (ya sea porque no existen bienes comunes o porque se deja la liquidación para un momento ulterior al divorcio). Pero no debemos perder la perspectiva, puesto que, si la liquidación de gananciales se efectúa correctamente, la tramitación judicial puede ahorrar un buen dinero a los cónyuges. Esto se debe a que en estos casos se pretende modificar la titularidad registral de los bienes, para que los inmuebles queden inscritos a nombre del cónyuge adjudicatario. Y este procedimiento, si se realiza de forma extrajudicial, precisa de la intervención de un Notario, que devengará los correspondientes aranceles, ya de por sí superiores a los que se devengarían en la tramitación judicial; así como también del pago de un impuesto, el IAJD (impuesto de actos jurídicos documentados), que en Castilla y León asciende al 1,5 % del valor de los bienes. Este impuesto grava la escritura pública que documenta la operación, y, por tanto, no será exigible en caso de que se liquiden los bienes gananciales en el divorcio, puesto que en dicho supuesto será la propia resolución judicial la que se inscriba directamente en el Registro, sin pasar por la Notaría.

Pero debe tenerse en cuenta que, si la liquidación de gananciales no se realiza correctamente en el convenio regulador de divorcio, el Registrador denegará la inscripción correspondiente a favor del cónyuge adjudicatario. Y en estas ocasiones (muy frecuentes en la práctica) los cónyuges no tienen otro remedio que acudir a la notaría para otorgar la correspondiente escritura, devengándose también el impuesto de actos jurídicos documentados antes mencionado. Es aquí donde cobra plena vigencia la máxima de que "lo barato sale caro", ya que, si par ahorrar unos pocos euros hemos confiado nuestro divorcio (y con ello, la gestión de nuestro patrimonio) a un abogado que no está especializado en liquidaciones de gananciales, sus errores pueden salirnos muy caros, y es muy factible que acabemos pagando un importe muy superior al ahorrado, en forma de aranceles notariales y tributos.

Por tanto, la conclusión es muy clara: si no tenéis hijos menores ni bienes comunes, o teniendo hijos menores, tenéis muy claro todos los extremos que han de ser objeto de regulación: atribución del uso de la vivienda, guarda y custodia, régimen visitas, pensión alimentos, gastos extraordinarios, etc., podéis confiar vuestro divorcio a una de esas webs que ofrecen suculentas ofertas, intentando desechar siempre aquellas que utilizan los servicios de gestorías, en las cuales el abogado sólo se limita a firmar los escritos. En cambio, si vuestro divorcio precisa de una mediación o asesoramiento específico, o tenéis previsto efectuar la liquidación de los bienes gananciales en el convenio regulador de divorcio, quizá no sea tan aconsejable cegarse con los precios bajos, puesto que es muy probable que finalmente acabéis abonando un importe muy superior.

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